miércoles, 24 de junio de 2015

...y huelen despacio y dulcemente a perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando alguien ha puesto The blues with a feeling y nadie baila, solamente se está de pie, balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres, tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve en sí mismas, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado siguiente...